Su amado nieto
Para los ojos de Mildred, Thomas era un chico dulce y atento. Ella siempre tenía presente que cuando todas las personas le dieron la espalda, él había continuado junto a ella. Thomas se hacía el tiempo para poder ir a visitarla cada fin de semana y además él la llamaba en cada momento que tenía libre.
Recibir su visita o hablar con él por teléfono le cambiaba el día a Mildred por completo. Esos pequeños momentos eran los más esperados por ella. Lamentablemente, Thomas no era el santo que ella pensaba y existía una parte de él que Mildred no conocía.