A veces un detalle dice más que mil palabras
Es bien sabido que la vida militar es difícil de llevar. Quienes la practican suelen llevar una rutina muy agotadora, que requiere mucha disciplina, pocas horas de sueño y mucha actividad física, en muchas ocasiones, bajo el sol candente.
Una mañana de entrenamiento, estaban todos los jóvenes soldados tomando sus respectivas posturas. Desde arriba, una cámara que los vigilaba captó una imagen perfecta en la que los sombreros se alineaban. Justo en ese momento, uno de ellos volteó a bostezar, y salió como ese elemento diferencial en la fotografía, que pasó a la historia, pues fue un gesto gracioso, que explica muy bien el día a día de estos hombres.