LAS SIESTAS LARGAS
La niñera siempre les decía que Raylee se portaba bien y que todo estaba a las mil maravillas, que jugaban juntas y que todo estaba bien. Eso es lo que ella les transmitía pero, evidentemente, no era lo que sentía Raylee. Melissa contaba que la niña dormía 4 horas de siesta.
Este dato nuevamente encendió las alarmas porque nunca Raylee había dormido tanto. ¿Acaso la niñera la estaba dopando? ¿Le estaría dando medicación para que durmiera mucho así no tenía que cuidarla? Eso le daba mucho tiempo libre para hablar por teléfono o chatear con sus amigos sin que la molestaran.