Algunas cosas se ponen salvajes
Una estatua de una gran ciudad, se hizo en forma de alguna personalidad antigua, que intentaba pegarle con un martillo a algo en concreto. Al contar esta estructura con una superficie más o menos recta, una paloma decidió que este podía ser un buen lugar para tomar un corto descanso.
Alguien que vio la escena logró hacer una foto del momento exacto en que el animal se posó en donde justo el personaje estaría por pegar con el martillo. La tranquilidad de este ser vivo es lo que más asombra, a pesar de que sea una figura ficticia que no va a moverse de verdad.