La curiosidad cambió al gato
Aunque el verdadero dicho es “la curiosidad mató al gato”, en este caso, realmente lo cambió. Una mujer se encontraba en el proceso de alimentar a su gato. Cuando sacó de la despensa su bolsa de comida, este se subió a la mesa y comenzó a rasgar el envoltorio de su alimento.
Mientras esto sucedía, ella estaba de espaldas, y al darse la vuelta para servirle su porción, no pudo evitar romper en risas. El gato había escondido su cabeza por detrás de la bolsa y lo que ella veía era el cuerpo de su animal con la cabeza del dibujo del empaque, que era de un gato diferente.